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ensayo
El comunismo de los individuos libres
POR Seongjin Jeong

¿Y si el comunismo, tal como lo concibió Marx, se contrapusiera al desarrollo del Estado? ¿Si propusiera, en cambio, la asociación inmanente de los individuos? Acaso, corrigiendo malentendidos históricos, se fortalecerían vías emancipatorias alternativas.

La idea de comunismo desarrollada por Marx es usualmente considerada como la erradicación de la propiedad privada y la creación de una economía planificada o estatización [1][2][3]. Sin embargo, en gran parte de su vida, Marx describió a la sociedad comunista como una asociación de individuos libres (en adelante, AIL). Pese a ello, los discursos que se refieren al comunismo rara vez han puesto atención a los aspectos de esta idea de AIL desarrollada por Marx. En efecto, la edición japonesa de las obras completas de Marx y Engels traduce el concepto marxiano de asociación con más de veinte palabras diferentes [4]. Estudiando los textos de Marx que se refieren a la futura sociedad y basándome en trabajos recientes realizados en Japón sobre el concepto de AIL en Marx [5], me centraré en tres aspectos del comunismo tal como fueron desarrollados por Marx, a saber, libertad, individualidad y asociación. A su vez, pondré énfasis en la naturaleza concreta y no-utópica de la AIL, mostrando que los brotes de esta idea ya emergen desde el mismo modo de producción capitalista.

1. El comunismo de Marx como una Asociación de Individuos Libres

Libertad

A menudo se cree que la idea de comunismo desarrollada por Marx atenta contra la libertad. No obstante, en La ideología alemana, en El manifiesto del Partido Comunista y en el volumen 1 de El capital, Marx y Engels escriben: “la sociedad comunista, la única sociedad en la cual el libre desarrollo de los individuos deja de ser una mera frase” [6]; “En lugar de la vieja sociedad burguesa, con sus clases y sus antagonismos de clases, deberíamos tener una asociación, en la cual el libre desarrollo de cada uno es la condición para el libro desarrollo de todos” [7]; “una alta forma de sociedad, una sociedad en la cual el completo y libre desarrollo de todas las formas individuales constituye la regla general.” [8]

Libertad entendida bajo el prisma del comunismo marxiano, quiere decir emancipación de toda opresión y explotación ejercida por las clases dominantes, así como también la autorrealización de los seres humanos en tanto seres-genéricos. A su vez, Marx definió el comunismo como la transición desde el reino de la necesidad al reino de la libertad, argumentando por la expansión del tiempo libre, el acortamiento del tiempo de trabajo y el desarrollo de las fuerzas productivas como sus prerrequisitos.

“El reino de la libertad comienza realmente sólo donde acaba el trabajo determinado por la necesidad y la conveniencia externa; [el reino de la libertad] descansa, en virtud de su propia naturaleza, más allá de la esfera de la producción material propiamente tal. Tal como el salvaje debe luchar con la naturaleza para satisfacer sus necesidades, así mismo el hombre civilizado debe hacerlo para mantener y reproducir su vida, y lo debe hacer en todas las formas de sociedad y bajo todos los modos de producción posibles. Este reino de la necesidad natural se expande con el desarrollo [del ser humano], porque sus necesidades así lo hacen también; […] El verdadero reino de la libertad –el desarrollo de las potencias humanas como un fin en sí mismo– comienza más allá de esto, aunque sólo puede florecer teniendo como su base este reino de la necesidad. La reducción de la jornada laboral es el prerrequisito básico.” [9]

Mientras que el comunismo de Marx es antitético al capitalismo, no se opone a la idea de libertad que sostiene la democracia burguesa. Por el contrario, para Marx el comunismo radicaliza la idea democrático-burguesa de libertad, llevándola hasta sus límites. 

Los ideales universales de democracia liberal, cuando son proseguidas a su conclusión lógica, inevitablemente se enfrentan a las características institucionales del capitalismo, tales como la propiedad privada de los medios de producción, la explotación, la represión, etc. [10] Dentro del capitalismo, la libertad (freedom) no puede ser realizada en tanto la libertad (liberty) de un individuo auto-desarrollado y socialmente expresado, sino que se detiene en la frontera de la propiedad activa y los derechos pasivos; la libertad en el capitalismo termina como un individualismo auto-alienado. Por lo tanto, la lucha por la libertad real y efectiva se demuestra inseparable de la lucha por el socialismo en contra del capitalismo. La emancipación política –la más alta forma de emancipación lograble en el capitalismo– sólo constituye una fase inicial del proceso de emancipación humana en su totalidad. En 1844, Marx señaló que los límites de la emancipación política pueden ser superadas en virtud de la realización de la libertad social y de la organización “de todas las condiciones de la existencia humana con la presuposición de la libertad social” [11]. Asimismo, en La ideología alemana, Marx y Engels sostienen que “en una comunidad real y efectiva los individuos obtienen su libertad en y a través de sus asociaciones” [12]. Como vemos, el comunismo para Marx constituye la ampliación y la profundización de los principios de libertad y liberalidad, por lo tanto, lejos de ser inconsistente con dichos principios, “Marx fue el primer líder y pensador socialista que llegó a esta idea a través de la lucha por la democracia liberal” [13].

Individualidad

Marx y Engels afirmaron que el comunismo es “la única sociedad en la cual el genuino y libre desarrollo de los individuos deja de ser una mera frase”, y que un genuino y libre desarrollo de los individuos requiere tanto de la “necesaria solidaridad del libre desarrollo de todos” o de la “conexión de los individuos” [14], así como también del “carácter universal de la actividad de los individuos”. El comunismo –según Marx– es la asociación construida por las relaciones que establecen los individuos trabajadores en tanto seres humanos libres. Así es como en los Grundrisse Marx afirma que:

“La individualidad libre, basada en el desarrollo universal de los individuos y en su subordinación tanto a lo comunal como a la productividad social en tanto su riqueza social. […] [En el comunismo] el punto de partida es […] el individuo social libre. […] La rica individualidad, la cual es omnímoda tanto en su producción como en su consumo, cuyo trabajo aparece, por lo tanto, ya no más como trabajo, sino como el completo desarrollo de dicha actividad en cuanto tal” [15]

En la sección sobre La tendencia histórica de la acumulación capitalista del volumen 1 de El capital, Marx formula la esencia del comunismo como el restablecimiento de la propiedad individual:

“El modo capitalista de apropiación que brota del modo capitalista de producción, produce la propiedad privada capitalista. Esta constituye la primera negación de la propiedad privada individual, en tanto fundada en el trabajo de su propietario. Sin embargo, la producción capitalista engendra –con la inexorabilidad de un proceso natural– su propia negación. Esta es la negación de la negación. No restablece la propiedad privada, sino que, de hecho, establece la propiedad individual sobre la base de los logros de la era capitalista, a saber: la co-operación y la posesión en común de la tierra y de los medios de producción producidos por el trabajo mismo.” [16]

En este parágrafo, Marx representa a la propiedad de los medios de producción en el comunismo en tanto propiedad individual de los trabajadores, y no como propiedad social o estatal. De acuerdo con Marx, el restablecimiento de la propiedad individual mediante la negación de la negación no se limita al consumo individual de bienes, sino que se extiende a los medios de producción. En el comunismo, la propiedad de los medios de producción es la propiedad de los individuos sociales asociados y, de nuevo, no social ni estatal. Así, Marx discute no sólo la propiedad sobre los bienes de consumo individual, sino que también la propiedad de las condiciones de producción [17]. No obstante, en el Anti-Dühring (1878), Engels interpreta el parágrafo de Marx de la siguiente manera: “por un lado, apropiación social directa, en tanto medios para el mantenimiento y extensión de la producción; por otro lado, apropiación individual directa, en tanto medios de subsistencia y de disfrute. […] El proletariado se apodera del poder político y convierte los medios de producción –en primera instancia– en propiedad estatal.” [18] Lenin adoptó la interpretación de Engels [19] y estableció la ecuación del comunismo como la propiedad común o estatización de los medios de producción. Sin embargo, el texto de Marx no puede ser leído de esa manera [20], por el contrario, Marx incluso llegó a describir a las relaciones de propiedad en el comunismo temprano no en tanto propiedad del Estado, sino en tanto propiedad común de los productores asociados, o como la propiedad co-operativa de los trabajadores.

Más aún, lo que sugiere Marx con la lógica de la negación de la negación en el parágrafo reproducido más arriba, no es la transición determinista de propiedad social a propiedad privada enajenada de los capitalistas a propiedad de los individuos sociales asociados. De hecho, en los Manuscritos económicos de 1861-63, Marx escribe:

“Esto es representado en el modo de producción capitalista por el hecho de que el capitalista –el no-trabajador– es el dueño de estas masas sociales de medios de producción. De hecho, el dueño de estos medios de producción nunca representa para con los trabajadores su unificación, su unidad social. Por lo tanto, tan pronto como esta forma contradictoria deja de existir, surgen las condiciones para que los trabajadores posean (besitzen) socialmente estos medios de producción, no en tanto individuos privados. La propiedad capitalista es sólo una expresión contradictoria de su propiedad social –i.e. de su propiedad individual privada– en las condiciones de producción. […] La propiedad enajenada del capitalista en este trabajo sólo puede ser abolida convirtiendo su propiedad en la propiedad de lo no-individual en su singularidad independiente, por tanto, en la propiedad individual social, asociada.” [21]

En este lugar, Marx enfatiza que no es la propiedad privada capitalista la que se confronta con la propiedad social, sino que la propiedad privada capitalista, a pesar de su forma antagonista, ya manifiesta la propiedad social. De acuerdo con Marx, la negación de la propiedad capitalista revela la verdad de la propiedad social, la cual ya se ha constituido como potencial bajo la forma de la propiedad capitalista [22]. En su crónica sobre la Comuna de París realizada en 1871, dice Marx:

“La comuna intentó abolir la propiedad con carácter de clase, la cual hace del trabajo de muchos la riqueza de unos pocos. Apuntaba hacia la expropiación de los expropiadores. Buscaba hacer de la propiedad individual una verdad transformando los medios de producción, la tierra y el capital –ahora principalmente concebidos como los medios de explotación y esclavización del trabajo– en instrumentos puros del trabajo libre y asociado.” [23]

La propiedad individual mencionada más arriba debería ser entendida como la propiedad de los individuos asociados. En la medida en que los individuos asociados no constituyen otra cosa que la sociedad, la propiedad de los individuos asociados es –al mismo tiempo– propiedad social, o propiedad en tanto propiedad directamente social. Pues bien, para Marx el restablecimiento de la propiedad individual implica no sólo la tenencia de los medios de producción o de los productos, sino que también la creación de los prerrequisitos para el desarrollo de los individuos humanos en tanto seres genéricos.

De la misma manera, también es importante no equiparar propiedad individual con propiedad privada. En la propiedad privada capitalista, los trabajadores individuales son escindidos de las condiciones objetivas del trabajo, las cuales –en cambio– los subsumen. Para Marx, la esencia de la propiedad privada capitalista no es la propiedad individual, sino la separación de los productores directos de las condiciones objetivas de producción. Por lo tanto, según Marx, la propiedad privada puede ser abolida solamente por la reapropiación social y directa de las condiciones de producción llevada a cabo por una AIL [24]. En otras palabras, los individuos trabajadores expropiados por los capitalistas deben deshacerse de la propiedad privada capitalista con el objetivo de restablecer la propiedad individual comunista y relacionarse entre ellos como individuos libres [25].

La propiedad privada capitalista no ha efectuado aún la posesión social de los trabajadores sobre los medios de producción, sin embargo, los ha subsumido en virtud de sus formas antagónicas. La posesión social de los medios de producción sólo puede realizarse mediante la negación de la propiedad privada capitalista [26] o, en otras palabras, la negación de ésta es el proceso de extracción de la coraza de la propiedad privada capitalista desde sus bases en la producción social, haciendo de esta última la propiedad social real. La AIL construye inmediatamente la propiedad social de los medios de producción en la medida en que establece la propiedad individual. De este modo, la esencia de la propiedad comunista reside en los modos en que los trabajadores individuales se relacionan hacia los medios de producción, esto es, para con las condiciones objetivas del trabajo en tanto su propio trabajo restableciendo “la unidad originaria entre el trabajador y las condiciones del trabajo” [27]. Con la negación de la propiedad capitalista sobre los medios de producción reaparece una situación en la cual los trabajadores individuales poseen efectivamente las condiciones de producción. Precisamente, en esto se basa el restablecimiento de la propiedad individual. Lo que es restablecido es la propiedad de los individuos asociados, en donde el trabajador individual, y no los no-trabajadores, constituyen el sujeto de la propiedad [28].

Asociación

El concepto de asociación también es central para el comunismo tal como lo entendió Marx. En sus trabajos tempranos, Marx conceptualizó la sociedad post-capitalista en tanto una AIL: “Con la comunidad de los proletarios revolucionarios […] los individuos participan en ella en tanto verdaderos individuos. Pues, es la asociación (Vereinigung) de los individuos […] la que sienta las condiciones para el libre desarrollo y movimiento de los individuos bajo su control” [29]; “la clase obrera, en el transcurso de su desarrollo, sustituirá la vieja sociedad civil con la asociación, la cual excluirá las clases y sus respectivas relaciones antagónicas” [30].

Veinte años más tarde, en sus obras de madurez, Marx aún describe a la nueva sociedad en términos de una AIL. Para nuestro autor, el comunismo es “el sistema republicano y benefactor de la asociación de los productores libres e iguales […] un gran y armonioso sistema de trabajo libre y co-operativo” [31], o “una asociación de hombres libres (ein Verein freier Menschen), que trabajan con sus propios medios de producción sostenidos en común, y empleando sus diferentes formas de fuerza de trabajo en completa auto-conciencia en tanto una única fuerza de trabajo social” [32]; “una sociedad compuesta de asociaciones de productores libres e iguales que llevan a cabo el negocio social sobre la base de un plan común y racional” [33]

En el volumen 3 de El capital, Marx describió la sociedad comunista como un “modo de producción del trabajo asociado (die Produktionsweise der Associirten Arbeit)” [34], asimismo menciona también que “si imaginamos que la forma de sociedad capitalista ha sido abolida, es porque esta nueva sociedad ha sido organizada en tanto una asociación consciente de trabajadores en función de un plan sostenido en común” [35]. 

Es fácil ver que los regímenes comunistas como la ex URSS, China o Corea del Norte, no tienen nada en común con el comunismo tal como fue imaginado por Marx en tanto una AIL.

Marx intentó demostrar cómo los trabajadores combinados (kombiniert) evolucionan en individuos asociados (assoziert) durante el desarrollo capitalista. El oriundo de Trier destaca que el término asociación es una construcción voluntaria desde abajo llevada a cabo por individuos. De acuerdo con Otani, Marx utilizó la palabra combinados (kombiniert) para indicar cómo las personas se combinan de manera objetiva, pasiva e inconsciente por fuerzas externas; por el contrario, Marx usa la palabra asociados para imaginar una asociación que es construida por la participación (Verhalten) [36] subjetiva, activa y consciente de un pueblo. De hecho, Marx usa el concepto de asociación para resaltar que el comunismo es la sociedad en la cual los individuos libres se componen a sí mismos de manera co-operativa, consciente, voluntaria, activa y subjetiva. Según este autor, el trabajo asociado consiste en toda la actividad que los individuos asociados realizan para controlar de modo consciente, voluntario, activo y subjetivo la producción en su totalidad sostenida en común. Es el trabajo directamente social el que los trabajadores individuales realizan en co-operación con el objetivo de producir el producto social que satisfacen sus respectivas necesidades. El agente activo del comunismo tal como lo entendió Marx no es la sociedad abstracta o el estado, sino los productores individuales libres, los individuos asociados o las co-operativas asociadas.

El comunismo de Marx entendido como una AIL es elaborado programáticamente como el principio del “socialismo desde abajo” [37] o la auto-emancipación de la clase trabajadora. De hecho, Marx comienza las Reglas provisionales (1864) de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) con los principios para una futura auto-emancipación de las clases obreras, del mismo modo como destaca en el Discurso Inaugural de la AIT que dicha auto-emancipación será asegurada según las condiciones de una totalmente realizada AIL, entendidas para estos efectos, como co-operativas de trabajadores. Resulta extraño que las investigaciones que existen acerca del socialismo desde abajo hayan puesto poca atención a la idea de AIL, más aún, teniendo en cuenta que los documentos fundacionales de la AIT claramente demostraron que el principio del socialismo desde abajo sólo puede ser realizado en una AIL.

Es más, durante los primeros días de la AIT, Marx descubrió el prototipo de una AIL o trabajo asociado en las co-operativas. En el Discurso inaugural, Marx destaca de una manera sumamente positiva a las industrias co-operativas señalando que constituyen un “gran experimento social” [38]. En el volumen 3 de El capital, escrito en el mismo periodo que los documentos fundacionales de la AIT, Marx consideró a la co-operativas como una forma transitoria al modo asociado de producción: “Las sociedades anónimas capitalistas tanto como las fábricas co-operativas deberían ser vistas como formas transitorias desde el modo de producción capitalista a uno basado en la asociación; simplemente en un caso la oposición es abolida en una manera negativa, y en la otra, de manera positiva” [39]. Para Marx, las industrias co-operativas especialmente “muestran cómo, en un cierto estadio del desarrollo de las fuerzas materiales de producción –y las formas sociales de producción que les corresponden– un nuevo modo de producción que se ha formado y desarrollado de manera natural desde lo viejo”, en donde “la oposición entre capital y trabajo es abolida.” [40] Marx deja en claro que las co-operativas muestran prácticamente la superación del capitalismo llevada a cabo por una asociación de productores libres e iguales, y que, por tanto, constituyen un ataque a los basamentos del capitalismo [41].

El comunismo de Marx como una teoría del capitalismo

Marx destaca que los principales elementos de la AIL emergen y crecen dentro del modo de producción capitalista. A su vez, deja en claro que la producción social no aparece por vez primera con la sociedad comunista, sino que potencialmente va tomando lugar, aunque bajo formas distorsionadas, incluso dentro del sistema capitalista existente. Para Marx, por lo tanto, la tarea del comunismo consiste en “concebir que las formas desarrolladas en el seno del modo de producción capitalista pueden ser escindidas y liberadas de su antitético carácter capitalista.” [42] De nuevo, en su obra La guerra civil en Francia (1871), Marx señala que “la clase obrera no tiene ideales que realizar, sino que sentar los elementos libres de la nueva sociedad con los cuales la vieja sociedad burguesa a punto del colapso está en sí misma preñada” [43]. Para Marx, el comunismo no es otra cosa que la abolición de las formas capitalistas de la producción social, tales como la subsunción del trabajo bajo el capital, la transformación de la productividad social del trabajo en productividad del capital, el trabajo enajenado, etc. [44] Del mismo modo, enfatiza que la propiedad privada capitalista ya manifiesta la propiedad social, aunque en sus formas antagónicas. El punto nodal del comunismo tal como la concibió Marx no se limita a una simple sustitución de la propiedad privada por la propiedad social, sino que se trata de la realización de la propiedad social producto de la abolición de las formas de validación social de la propiedad privada.

La principal tarea del comunismo no es trazar un mapa de una futura sociedad, sino analizar la sociedad capitalista existente, más específicamente, el proceso bajo el cual el capitalismo como tal concibe el prototipo del comunismo, i.e. como una AIL. Para Marx, una AIL no es el destino final del futuro, sino un proceso en curso de asociatividad entre los trabajadores que ya ha comenzado en la sociedad capitalista [45]. En otras palabras, según Marx, “el problema de la sociedad comunista es el problema de entender el actual sistema capitalista en el que vivimos.” [46]

Sin ir más lejos, el núcleo de la dialéctica de Marx es encontrar los futuros brotes de comunismo ocultos en el presente. En estricta consonancia con lo anterior, la asociación que supere al capitalismo no puede ser creada de manera voluntaria, sino que requiere de las precondiciones materiales y espirituales que ya han, de hecho, evolucionado dentro del capitalismo con el objetivo de trascenderlo. Por lo tanto, el comunismo no es un modelo para una futura sociedad, sino un movimiento de la presente realidad. En los Grundrisse, Marx destacó el desarrollo de la co-operación y el incremento del tiempo libre gracias al desarrollo del sistema de maquinarias y el relativo cultivo de los sujetos trabajadores como dos aspectos de la realización de las condiciones materiales y espirituales para trascender el capitalismo.

Mientras que Marx ya había conceptualizado el comunismo como una AIL en su periodo temprano de producción teórica, requirió más de diez años de trabajo intenso para desarrollar una crítica de la economía política y del capitalismo –los que culminan en los célebres Grundrisse de 1857/58– y demostrar que la AIL es la tendencia histórica del actual modo de producción [47]. 

De esta manera, es obvio que reducir el comunismo a una suerte de idea como lo hacen Alain Badiou o Slavoj Zizek, en vez de deducirlo desde la tendencia histórica del capitalismo actual, es bastante ajeno a lo que propuso Marx.

Interconexión de la producción y plan

En el comunismo de Marx, la vida económica –incluyendo la producción, la distribución y el consumo– no es operada por algún tipo de compulsión externa, sino que es controlada de manera autónoma por la libre voluntad de los seres humanos. A diferencia del capitalismo, en donde “la regulación de la producción total por el valor” [48] es la regla, en una AIL son los individuos asociados los que controlan la producción. Marx pensó necesario abolir no sólo la fuerza de trabajo mercantilizada, sino que también la mercancía y el dinero en cuanto tales con el objetivo de alcanzar la auto-emancipación de la clase obrera, una condición en la cual los trabajadores se emanciparían de todas las formas de explotación y opresión para llegar a ser sujetos de sus propias vidas. En los Grundrisse, Marx subraya la incompatibilidad fundamental del mercado con una AIL:

“Por lo tanto, no puede haber nada más erróneo y absurdo que postular el control de los individuos unificados de su producción total, sobre la base del valor-de-cambio, del dinero (…) El intercambio privado de todos los productos del trabajo, todas las actividades y toda la riqueza se posicionan en estricta antítesis no sólo a la distribución basada en una subordinación política o natural de unos individuos sobre otros, sino que también al libre intercambio entre los individuos que están asociados en base a una apropiación común y en control de los medios de producción” [49]

En el Discurso inaugural de la AIT y en el volumen 3 de El capital, Marx señaló que a diferencia del capitalismo, en donde domina “la ciega regla de la oferta y la demanda”, en el comunismo “la producción social es controlada con anticipación y previsión social” [50] y que “la interconexión de la producción como un todo […] como una ley que es aprehendida y, por tanto, dominada por la razón asociativa de los trabajadores (associirter Verstand), llevando al proceso productivo bajo su control común.” [51] En los Manuscritos económicos de 1861-63 y en la Crítica del programa de Gotha, Marx afirma de igual manera que: “En donde el trabajo es comunal, las relaciones de los hombres en su producción social no se manifiestan como valores de las cosas.” [52] “Dentro de una sociedad colectiva basada en la posesión común de los medios de producción, los productores no intercambian sus productos” [53]. De los pasajes recientemente citados podemos deducir claramente que para Marx el así llamado socialismo de mercado o economía de mercado socialista, etc., constituyen simplemente una contradicción en los términos.

En el comunismo de Marx, el proceso de producción se ejecutará bajo “el control planificado y consciente” de los hombres libremente asociados (frei vergesellschaftete Menschen) [54]; en otras palabras: “el hombre socializado, los productores asociados gobiernan el metabolismo humano con la naturaleza de una manera racional, llevándolo a cabo bajo su control colectivo (die Controlle der associirten Producenten), en vez de ser dominados por dicha interacción como si fuera un poder ciego, y lográndolo con el menor gasto de energía y en condiciones más valiosas y apropiadas para su naturaleza humana.” [55] En los Manuscritos económicos de 1861-63, Marx sostuvo que, en el comunismo, “la sociedad, como si fuera conforme a un plan, distribuye sus medios de producción y sus fuerzas productivas en un grado y medida que es requerido para la satisfacción plena de las múltiples necesidades sociales, de manera que cada esfera de la producción reciba la cuota de capital social requerido para satisfacer la correspondiente necesidad.” [56]

En La guerra civil en Francia, Marx señala que el comunismo posible no es otra cosa que el control coordinado y planificado de la producción nacional llevado a cabo por la asociación de co-operativas: “si las sociedades de co-operativas unificadas regulan la producción nacional en virtud de un plan común (ein Plan), asumiéndolo bajo su control y poniendo término a la constante anarquía sumada a las constantes convulsiones periódicas que son fatales para la producción capitalista, ¿qué otra cosa sería esto, caballeros, sino el comunismo, el comunismo posible?” [57]

Por cierto, 

Marx no entiende por un plan el plan de acuerdo con el cual una agencia central organiza toda la producción nacional concentrando toda la información relativa [58]. De la misma manera, debería ser apuntado que la agencia que regula la producción nacional no es el Estado, sino la plural unidad de las co-operativas asociadas.

Es verdad que Marx no llego tan lejos en la elaboración del procedimiento por el cual la AIL conscientemente planifica y controla su economía. Marx se abstuvo de esbozar en detalle el modelo de una futura sociedad, cuestión con la que gozaban los socialistas utópicos, pues esto contradice abiertamente el espíritu de auto-emancipación de la clase obrera [59]. Recientes trabajos sobre modelos de planificación participativa como el ParEcon [60], la negociación coordinada [61] y el modelo del cálculo de tiempo de trabajo [62], constituyen todos intentos de llenar esta laguna en dicha área, los cuales –después de la desaparición de los regímenes comunistas– ya no se pueden ser considerados como experimentos utópicos, sino como una tarea urgente para cualquier izquierda anti-capitalista.

Las AIL como modelo abierto

El comunismo tal como fue entendido por Marx es frecuentemente considerado como la erradicación de la propiedad privada con el objetivo de implantar la estatización o una economía planificada. Sin embargo, como vimos, la esencia del comunismo para Marx son las AIL, las cuales se centran en tres componentes claves, a saber: libertad, individualidad y asociación. Los principales componentes de una AIL ya han ido emergiendo a medida que se desarrolla el modo de producción capitalista. Esta reformulación del comunismo como AIL ayuda a enriquecer la clásica visión del marxismo clásico sobre el socialismo entendido como la “auto-emancipación de la clase obrera” o “socialismo desde abajo”.

Sin embargo, las AIL de Marx en el comunismo temprano presentan algunas contradicciones debido a que aún son coordinadas por el cálculo del tiempo de trabajo y la economía del tiempo; lo que se supone debería ser superado en el comunismo desarrollado a medida que la tendencia hacia la abolición del trabajo se torne real y efectiva. Priorizar una versión de las AIL marxianas, tal como el modelo de planificación participativa basada en el cálculo del tiempo de trabajo, en tanto el único comunismo posible, corre el riesgo de volver a una suerte de proudhonismo, cuestión que por sí sola contradice la visión de Marx del comunismo desarrollado. Por tanto, es necesario concebir a las AIL como un modelo abierto, en vez de un modelo final para la historia, y al mismo tiempo promover la transición hacia el comunismo desarrollado, universalizando la tendencia hacia la abolición del trabajo.

Traducción de Cristián Peña Madrid. Reproducido gracias a la gentileza del Núcleo de Estudios Marxistas de la Universidad de Chile. Una versión más extensa de este ensayo, puede leerse aquí.

Notas:

[1] El autor agradece los comentarios y sugerencias realizados por Kevin Anderson, Masami Asakawa, Rolf Häcker, Michael Heinrich, Peter Hudis, Michael Löwy, Marcello Musto y Xiaoming Wu.

[2] Artículo publicado originalmente en el Marx-Engels-Jahrbuch 2015/16. S. 115-134

[3] Nota del Traductor: Las citas de Marx y Engels presentes en este artículo han sido traducidas por mí cotejando tanto con las versiones en inglés (Marx-Engels-Complete Works MECW), como con las originales según la segunda edición histórico-crítica de las obras completas de Marx y Engels, cuando así procede (Marx-Engels Gesamtausgabe, hrsg. vom Institut für Marxismus-Leninismus beim Zk der KPdSU und vom Institut für Marxismus-Leninismus beim Zk der SED; seit 1990: hrsg. von der Internationalen Marx-Engels-Stiftung (Amsterdam), Berlin, 1975 ff.

[4] M. Tabata: Asociación. En: Marx Category Dictionary (en japonés). Tokio 1998, p.10.

[5] Vid. M. Tabata: Marx y la Asociación (en japonés). Tokio 1994. T. Otani: La Teoría de la Asociación de Marx (en japonés). Tokio 2011, ambas obras han sumariado el comunismo de Marx en siete puntos: 1) AIL, 2) trabajo social y producción comunal, 3) control del proceso de producción consciente y planificado, 4) producción social, 5) propiedad social, 6) propiedad individual, 7) sociedad co-operativa.

[6] Karl Marx, Friedrich Engels: The German Ideology, En: MECW. Vol. 5, p. 439

[7] Karl Marx, Friedrich Engels: Manifiesto of the Communist Party. En: MECW. Vol. 6, p. 506

[8] Karl Marx: Capital. A Critique of Political Economy. Vol. 1. Traducido por Ben Fowkes. London 1976, p. 739 (MEGA2 II/6, p. 543).

[9] Karl Marx: Capital. A Critique of Political Economy.Vol. 3. Traducido por David Fernbach. London 1981, pp. 958/959 (MEGA2 II/4.2, p. 838)

[10] Vid. Ed Rooksby: The Relationship between Liberalism and Socialism. En: Science and Society. Vol. 76, 2012, Nº4.

[11] Karl Marx: Contributions to the Critique of Hegel’s Philosophy of Law. Introduction. En: MECW. Vol 3, p. 186 (MEGA2 I/2, p. 189)

[12] Karl Marx, Friedrich Engels: The German Ideology, En: MECW. Vol. 5, p. 78

[13] Hal Draper: Socialism from Below. Atlantic Highlands 1992, p. 7

[14] Marx, Engels: The German Ideology. MECW. Vol. 5, p. 439

[15] Karl Marx: Grundrisse. Foundations of the Critique of Political Economy. Traducido por Martin Nicolaus. London 1973, pp. 158, 197, 325 (MEGA2 II/1, pp. 91, 126, 241).

[16] Marx: Capital. Vol. 1, p. 929 (MEGA2 II/6, p. 683)

[17] Vid. Otani: Marx’s Theory of Association, p. 158

[18] Friedrich Engels: Anti-Duhring. En: MECW. Vol. 25, p. 267 (MEGA I/27, p. 444).

[19] Vid. Lenin: What the “Friends of the People” Are and How They Fight the Social Democrats (1894). En: Collected Works. Vol. 1. Moscow 1977, pp. 168-174

[20] Por lo que cuenta a los debates japoneses acerca de la lectura de la sección sobre “La Tendencia Histórica de la Acumulación Capitalista” de Marx, en particular sobre “la negación de la negación”, vid. T. Nishino: Negation of Negation: Reconstruction of Individual Property. En: System of Das Kapital. Vol. 1 (en japonés). Editado por R. Tomizuka et al. Tokyio 1985.

[21] Karl Marx: Economic Manuscripts of 1861-63. En: MECW. Vol. 34, pp. 108/109 (MEGA2 II/3, pp. 2144/2145).

[22] Vid. Otani: Marx’s Theory of Association, p. 152.

[23] Karl Marx: The Civil War in France. En: MECW. Vol. 22, p. 335

[24] Vid. Paresh Chattopadhyay: The Marxist Concept of Capital and the Soviet Experience. London 1994, pp. 128/129

[25] Vid. Otani: Marx’s Theory of Association, p. 110. A este respecto, la así llamada propiedad estatal de los medios de producción en la Unión Soviética y en la Europa Oriental fue sólo una forma específica de propiedad privada, la que se confrontaba con los trabajadores individuales, debido a que estos últimos fueron separados de sus medios de producción pasando a ser propiedad ajena (ibid., p. 119)

[26] Vid. Ibid., p. 154

[27] Karl Marx: Economic Manuscripts of 1861-63. En: MECW. Vol. 33, p. 340 (MEGA2 II/3, p. 1854).

[28] Vid. Otani: Marx’s Theory of Association, p. 161. En los Grundrisse, Marx describió a los individuos sociales como “los individuos universalmente desarrollados, cuyas relaciones sociales –en tanto sus propias relaciones comunales – son, por lo tanto, subordinadas a su propio control comunal” (Marx: Grundrisse, p. 162 (MEGA2 I/1, p. 91), y a su vez enfatizó que los individuos sociales son los sujetos de la nueva sociedad, i.e. AIL.

[29] Marx, Engels: The German Ideology. MECW. Vol. 5, p. 80

[30] Karl Marx: The Poverty of Philosophy. En: MECW. Vol. 6, p. 212.

[31] Karl Marx: Instructions for the Delegates of the Provisional General Council. The Different Questions. En: MEGA2 I/20, p. 232

[32] Marx: Capital. Vol 1, p. 171 (MEGA2 II/6, p. 109).

[33] Karl Marx: The Nationalization of the Land. En: MECW. Vol. 23, p. 136

[34] Marx: Capital. Vol. 3, p. 743 (MEGA2 II.4.2, p. 662).

[35] Ibid., pp. 799/800 (MEGA2 II/4.2, p. 772).

[36] Vid. Otani: Marx Theory of Association, p. 326.

[37] Vid. Draper: Socialism from Below (Fn 11)

[38] Karl Marx: Inaugural Address of the Working Men’s International Association. En: MEGA2 I/20, p. 10

[39] Marx: Capital. Vol. 3, p. 572 (MEGA2 II/4.2, p. 504).

[40] Ibid., p. 571 (MEGA2 II/4.2, p. 504)

[41] Marx: Instructions for the Delegates of the Provisional General Council. The Different Questions. En: MEGA2 I/20, p. 232.

[42] Marx: Capital. Vol. 3, p. 511 (MEGA2 II/4.2, p. 458).

[43] Marx: The Civil War in France. MECW. Vol. 22, p. 335.

[44] Vid. Otani: Marx’s Theory of Association, p. 106.

[45] Tabata: Association, p. 11

[46] Otani: Marx’s Theory of Association, pp. 99/100.

[47] Por su puesto, Marx difirió abiertamente de los socialistas utópicos incluso en su fase temprana, en el sentido de que Marx intentó basar el comunismo sobre un criticismo de la realidad. En una carta escrita en 1843 dirigida a Ruge, Marx dijo: “nosotros no anticipamos dogmáticamente el mundo, sino que sólo queremos encontrar el nuevo mundo a través de una crítica del viejo. […] Nosotros no confrontamos el mundo de un modo doctrinario con un nuevo principio. […] Nosotros desarrollamos los nuevos principios para el mundo de los mismos viejos principios del mundo”. Karl Marx: M. to R. Letters from the Deutsch-Französische Jahrbücher. En: MECW. Vol. 3, pp. 142, 144 (MEGA2 I/2, pp. 486, 488)

[48] Marx: Capital. Vol. 3, p. 1020 (MEGA2 II/4.2, p. 889).

[49] Marx: Grundrisse, pp. 158/159 (MEGA2 II/1, pp. 91/92).

[50] Karl Marx: Inaugural Address of the Working Men’s International Association. En: MEGA2 I/20, p. 10

[51] Marx: Capital. Vol. 3, p. 365 (MEGA2 II/4.2, p. 331).

[52] Karl Marx: Economic Manuscripts of 1861-63. En: MECW. Vol. 32, p. 316/317 (MEGA2 II/3, p. 1317).

[53] Karl Marx: Critique of the Gotha Programme. En: MECW. Vol. 24, p. 85 (MEGA2 I/25, p. 19).

[54] Marx: Capital. Vol. 1, p. 173 (MEGA2 II/6, p. 110).

[55] Marx: Capital. Vol. 3, p. 959 (MEGA2 II/4.2, p. 838).

[56] Karl Marx: Economic Manuscripts of 1861-63. En: MECW. Vol. 32, p. 158 (MEGA2 II/3, p. 1149).

[57] Marx: The Civil War in France. MECW. Vol. 22, p. 335.

[58] La frase de Marx “ein Plan” debería ser leída como “un plan” en vez de “el plan”. Vid. K. Miyata: Marx’s Theory of Association (en japonés). En: Political Economy Quaterly. Vol. 49, 2012, N°2, p. 86

[59] Vid. Otani: Marx’s Theory of Association, p. 99

[60] Michael Albert: PareCon. Life after Capitalism. London, New York 2003.

[61] Pat Devine: Democracy and Economic Planning. Cambridge 1988.

[62] En cuanto a trabajos más recientes sobre la planificación participativa, vid. Designing Socialism: Visions, Projections, Models. Ed. Por A. Campbell. Science and Society. Vol. 76, 2012, N°2; David Laibman: Political Economy after Economics. London 2012; Seongjin Jeong: Marx’s Communism Revisited (en coreano). En: Marxism 21. Vol. 12, 2015, N°1; T. Ha: A Study on the External Economic Relations of the Participatory Planned Economy (en coreano). Dissertation. Gyeongsang National University 2014.